domingo, 12 de agosto de 2012

Así, cantar con sentido es más fácil


La iglesia en la que me congrego en Buenos Aires celebró este domingo sus 113 años.  En la ocasión, el pastor Pablo Sosa, ya retirado del servicio activo, pero músico de la iglesia, nos trajo una nueva canción (uno no deja de sorprenderse de su inagotable creatividad).  Me traje a la casa la hojita que repartieron con la letra de la canción, porque me pareció importante compartirla con mis amigos y amigas. Debo decir que cantar con sentido es mucho más fácil cuando lo que cantamos tiene contenido. No se trata de esperar que las canciones sean tratados teológicos, pero, a veces, las canciones de las iglesias parecen tan "celestiales", que uno se pregunta en qué momento dejamos de vivir en el mundo, en qué minuto nos convertimos en ángeles, en qué minuto traicionamos a Jesús, quien pidió a su Padre que, aún no siendo del mundo, nos mantenga en él.

Acá va la letra de la canción de Pablo Sosa.

Iglesia Corazón (Pablo Sosa)

Esta iglesia quiere ser un corazón
bien sencillo, embargado de emoción
por estar en este mundo, fruto del amor profundo
del impulso del Espíritu creador.

Esta iglesia quiere ser un corazón
inquietado por la diaria desazón
de tener lo que hace falta y estar frente a quien no alcanza
ni el mínimo consuelo de un colchón

Corazón del buen Dios
esta iglesia de tu hijo
quiere amar como Él nos dijo,
nuestro barrio es también
Reino de Dios.

Esta iglesia quiere ser un corazón
que no mire nuestro barrio del balcón,
que recuerde qué dijiste del amor, cuando viniste,
y se anime a andar del brazo sin temor.

Esta iglesia quiere ser un corazón
que se asome a la vereda y el cordón
y pregunte por el pibe, nadie sabe dónde vive,
su trapito está esperando en el portón.

Corazón

Esta iglesia quiere ser un corazón
que palpite con aquel extraño ardor,
la señal que nos hiciste en el truco en que nos viste,
la mirada inconfundible de tu amor.

Esta iglesia quiere ser un corazón
que se alegra y se desata en la canción
por la vida bien vivida, por la gracia recibida,
los abrazos que sembraron nuestra unión.

Corazón